Enriqueciendo
presentación:
para una mayor comprensión de prezi
Teniendo en cuenta las ideas,
consideradas centrales, a partir de la lectura de la introducción y capítulos 1
a 3 del libro “El Hombre Postorgánico” de Paula Sibilia, se realizó en conjunto
con Daniela Gavilán (http://danielagavilan.blogspot.com.ar/) una presentación en prezi
intentando dar cuenta de ello, el mismo puede observarse a continuación:
En el libro la autora intenta
exponer los procesos de hibridación orgánico-tecnológica que se dan en la
actualidad, así como también sus efectos y metáforas en el mundo físico. De
esta manera el objetivo que tiene es desentrañar la articulación socioeconómica
y política en cuyo seno se desarrollan.
Es por ello, que en la
presentación realizada en prezi se parte del interrogante: ¿en la actualidad
está ocurriendo aquello que la autora denomina hibridación
orgánico-tecnológica? De este modo se intenta realizar un recorrido del
planteamiento realizado por la misma para llegar a este punto. Es así, que
posteriormente se hace una comparación entre los planteamientos básicos de diferentes
épocas, como son la clásica, moderna y la posthumana.
Época
clásica:
De la época clásica se resaltan
ideas del libro consideradas importantes, ya que conducen al lector a tener una
visión general de aquella época en los aspectos que aquí interesan. Estas ideas
son que el saber provenía de Dios (cuya forma, producto de la interacción de
las relaciones de fuerza existentes en aquel momento, era la figura central),
puesto que era quien tenía el poder divino y absoluto, de manera que ello sin
lugar a dudas determinaba las subjetividades de aquel entonces. De este modo la
forma Dios determinaba los modos de pensar, representarse y organizarse de los
hombres. Siendo además el hombre, objeto de su creación, considerado sagrado,
por lo que no es de extrañar que la idea de la generación espontánea (que sostiene
la idea del surgimiento de vida a partir de materia inerte), fuera una teoría
fuertemente arraigada en los pensamientos de muchos naturalistas de aquel
entonces.
Época
Moderna:
Por su parte, y a diferencia de
lo que antes ocurría, en la época moderna la razón se convierte en la forma
dominante, producto de una ruptura epistemológica. El principal filósofo
racionalista que identifica este pensamiento es el francés René Descartes,
quien adhería a un pensamiento dualista del ser, ya que estaba convencido de la
existencia de una clara separación entre “espíritu” y “materia”. De este modo,
sostenía que por un lado existía la materia (o cuerpo) y por otro el
pensamiento (o alma). Es así que a partir de esta concepción, el cuerpo se
convirtió en objeto de estudio de la medicina, posteriormente después de haber sido
despojado del alma, la cual le proporcionaba vida, quedando luego sólo unas
cuantas piezas: huesos, músculos, arterias… como una máquina.
De este modo se puede observar que, fundamentalmente, la tradición prometeica se vio instaurada en el pensamiento, ya que la tecnología tenía una visión netamente instrumental en su objetivo de alcanzar los conocimientos científicos, siendo su fin el "bien común" de la humanidad. Observándose además, en aquella época, la existencia de límites con respecto a lo que se podía conocer, hacer y crear.
Asimismo esta idea del cuerpo
humano como objeto de estudio se vio reforzada durante el capitalismo ante la
necesidad de tener un cuerpo sano para el trabajo forzoso, donde se valorizaba
principalmente la disciplina y el trabajo. Fue así además, que teniendo en mira
esta meta se aplicaban diferentes técnicas para “normalizar” (modelar) cuerpos
y subjetividades. Apuntando así el biopoder, a la conformación de cuerpos
dóciles, donde por un lado la fuerza corporal aumentaba (utilidad), pero por
otro se veía disminuida (obediencia).
Época
Posthumana o Postmoderna:
En esta época se puede observar como las instituciones de encierro están sufriendo una crisis, y están apareciendo nuevos mecanismos de dominación. En la actualidad imperan técnicas de poder (donde algunas antiguas se han intensificado y otras han desaparecido) cada vez menos evidentes, pero más sutiles y eficaces, donde nunca parece quedar nada fuera de control.
Es así, que el capitalismo parece
fortalecerse (encontrándose en alta el marketing y el consumo) a partir de la
existencia de nuevas y sofisticadas tecnologías, donde cada vez más la
identificación de los sujetos pasa por su perfil de consumidor. De modo, que hoy
en día se ha perdido la noción de masa e individuo, sin embargo la figura de
consumidor ha emergido, produciéndose así una transición del productor
disciplinado al consumidor controlado. Aquí los sujetos se definen menos por su
relación estado-nación y más con la del mercado global, siendo señal de pobreza
la incapacidad de endeudarse.
Esta época es conocida también como
la era de la información, donde la misma ha adquirió una relevancia universal, transformándose
en denominador común de todas las cosas. Y es aquí, en la actual “sociedad de
la información”, donde ciertas áreas del saber, tales como la informática y las
nuevas ciencias de la vida, constituyen piezas claves, teniendo una base y una
ambición común que es la digitalización universal.
A partir de la concepción
dualista (cuerpo-mente) del hombre y de la revolución por los conocimientos en
informática y biotecnología, se está produciendo una tendencia virtualizante,
enfatizando el rol de la información. La biotecnología por su parte, a partir
del proyecto genoma Humano, permitió conseguir la lectura de la secuencia
completa del genoma humano, presentando así al cuerpo humano como una suerte de
programa de computación que fue descifrado. Por su parte, los nuevos avances en
la teleinformática hacen que nos lleguemos a plantear en la posibilidad de
crear máquinas inteligentes, que lleguen a pensar como los humanos. Es así que nos
llegamos a cuestionar si el hombre es sólo espíritu concentrado en su mente o
por el contrario, es sólo esencia inscrita en su ADN, en su sustrato biológico,
y por lo tanto es material.
Aunque no lo parezca, ambas
ciencias comparten un íntimo parentesco, ya que ambos tipos de saberes y
conjuntos de técnicas se aplican en el ser humano, es sus cuerpos, sus
subjetividades, e intentan reproducirlos, incluso potenciarlos. Siendo evidente
además, que la frontera de separación entre lo natural y lo artificial se está
disipando.
De esta manera, en la actualidad
muchas metas de la tecnociencia no sólo consisten en mejorar las condiciones de
vida de los hombres sino que también tienen como objetivo el dominio y la
apropiación total de la naturaleza, intentando superar los límites impuestos
por la condición humana, entendiendo así al cuerpo humano como una
configuración orgánica obsoleta. Todo parecería indicar que se está produciendo
un desplazamiento en la base filosófica de la tecnociencia occidental, pasando
así de característica prometeicas a fáusticas, donde su objetivo deja entrever
que se intenta superar los límites de la materia, trascender las restricciones
inherentes al organismo humano buscando una esencia virtualmente eterna. Visto
de esta manera, parecería que la humanidad es un estado transitorio en la
camino a la superación de la misma, en un intento por conquistar la
inmortalidad.
De este modo, evidentemente el
ser humano, la naturaleza, la vida y la muerte atraviesan turbulencias, por lo
que es necesario replantearse cuestiones éticas y políticas, como por ejemplo ¿qué
es lo que realmente queremos ser? ¿en qué nos queremos convertir? ¿existe algún
límite de la propia naturaleza humana?
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