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21 mar 2013

El hombre postorgánico. Introducción y Capítulo 1



El hombre postorgánico. Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales de Paula Sibilia...
con voz propia.

En ésta entrada desarrollaré, con voz propia, algunas de las ideas que plantea Paula Sibilia en la introducción y el capítulo I (Capitalismo) del libro antes mencionado.


Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos y conocimientos científicos sobre el ADN es posible determinar vínculos biológicos, identificar criminales y detectar enfermedades hereditarias incluso antes de nacer, gracias al diagnóstico preimplantatorio. De esta manera la genética abrió nuevas puertas antes jamás pensadas, permitiendo con certeza establecer lazos biológicos, identificar a un único sujeto de la población mundial o evitar transmitir determinadas enfermedades hereditarias a nuestros hijos. 

No todas son buenas noticias, el conocimiento de la molécula del ADN también trajo aparejadas muchas controversias, muchas cuestiones políticas y éticas. ¿Podría alguien pensar en construir una sociedad con personas con el genoma perfecto? Y de ser así, ¿cuál sería dicho genoma? ¿Cuál sería el límite de anomalías genéticas para justificar un aborto? ¿Quién determinaría los parámetros de normalidad? Como indica Sibilia, finalmente el hombre dispone de las herramientas necesarias para construir vidas, cuerpos y mundos gracias al instrumental de una tecnociencia todopoderosa, donde las propuestas de planificación de la especie humana, sugieren que estaríamos ingresando en una nueva era comandada por la evolución posthumana o postevolución. ¿Será acaso este un nuevo camino a la eugenesia, como la ambicionada en la primera mitad del siglo XX? Sin embargo, a diferencia de lo que sucedía en aquel entonces, las viejas fantasías se presentan en la actualidad como técnicamente posible.

La información genética podría llevar a la discriminación y estigmatización de los individuos, lo cual no sería extraño pensar que pueda llegar a suceder ya que la experiencia histórica evidencia problemas de esta índole. Nuestra huella genética podría identificarnos como se identifica a un producto en el mercado por su código de barras. Y así, convertirnos sólo en información, en un código, en un perfil.

Todo parece indicar que los métodos de identificación de las personas se van digitalizando, donde en un primer momento el documento de identidad representó el impulso de la sociedad industrial como elemento fundamental para fijar cuerpos y subjetividades en sus engranajes. En cambio en la actualidad, no sólo nos identifican por nuestro DNI sino también por un sinnúmero de dispositivos digitales, tales como códigos de acceso, tarjetas de crédito, etc. Asimismo las empresas intentan identificarnos por nuestra condición socio-económica, nuestros hábitos y preferencias de consumo, que son registrados a través de encuestas que luego son procesadas digitalmente y que posteriormente son utilizadas en sus estrategias de marketing.

De esta manera puede observarse como determinadas áreas del saber, tales como la informática y las nuevas ciencias de la vida, constituyen piezas clave de esta “sociedad de la información”, donde la base y la ambición común parecen ser la digitalización universal, transformarlo todo en información, en datos a procesar, códigos, cifras, perfiles.

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